martes, 10 de abril de 2012

¿Qué esperamos?

No lo se bien, no se bien qué es lo que esperamos. Continuamos dependiendo de la peor fuente de energía sin dejar de explotar recursos naturales modificando y deteriorando el entorno a veces de manera irreversible. La democracia finalmente da la cara y muestra la realidad del engaño de la más cruda de las maneras, pero parece que eso nos deja inmutables. Mientras, los dueños del epidémico y mortífero dinero, tras años de entrega a su estafa del capital haciéndonos creer que progresábamos hacia un mundo más justo (falso estado del bienestar que los estados usan para adormecer la verdadera conciencia con más derechos y menos sufrimientos) piensan que ya está bien y que nos toca la regresión, el ciclo tiene todavía recorrido en las economías de "países emergentes" que para ellos son sinónimo de medio idóneo para continuar con el experimento, gente que no ha tenido y desea, gente que moría y ahora sobrevive (no para alegría de sus gobernantes sino para explotación de sus patronos).
Mientras estamos absortos esperando no se qué, se cierne sobre nosotros el riesgo de una crisis alimentaria mundial, acallada con falsos temas de debate en los foros sociales. Los comerciantes se permiten el lujo de apretar a gobiernos "electos", y no es poco, a decir cuáles han de ser las fórmulas (entendamos sus condiciones) para continuar con el engaño.
Estamos dejando de ser felices hoy en espera de que las cosas mañana sean mejores, pero ¿cuál es el mañana mejor que esperamos? ¿Aprender a disfrutar mejor del arte y de la naturaleza? ¿Compartir momentos de felicidad con nuestros familiares y vecinos? o tal vez lo que deseamos ¿es lo que nos dicen ser último grito de la tecnología en comunicaciones o en automoción? ¿el efímero placer del triunfo de "tu equipo"? Desde luego todos somos libres para tener nuestros propios deseos, pero teniendo en cuenta las herramientas manejadas por el poder desde el principio de los tiempos para controlar la "deplorable pero necesaria masa" (entiendo: proselitismo no educación , religión, politiqueo, miedo y represión) ¿somos realmente librepensadores? Sé con profundo desagrado que para muchos ese es un descubrimientos que resulta tan doloroso que aún teniendo la capacidad de discernir, prefieren obviar y ahorrarse sufrimientos, seguido de la terrible coletilla (éxito del sistema) "para qué preocuparme si haga lo que haga todo seguirá igual".
¿Esperamos que algo o alguien venido de no sabemos dónde haga lo que sea? ¡Pues sí que tenemos claras las cosas!